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Un Mundo Sin Mordaza (09/04/2010).- Andrés Cañizalez resalta que la censura y la falta de libertad de expresión no es sólo para la oposición y los medios de comunicación social, el chavismo también se ve afectado.

Chavismo sin libre expresión
Andrés Cañizalez
WASHINGTON (infoCIUDADANO)

El asunto de la libertad de expresión en Venezuela no es un asunto que se limita a los ataques contra un medio o los juicios que se han abierto contra periodistas. Es importante no perder de vista que este derecho humano es justamente de todos los seres humanos y no sólo de aquellos que están vinculados a las labores mediáticas.

La complejidad de la libertad de expresión y sus restricciones en nuestro país igualmente se relacionan con muchos ámbitos de la vida política nacional, y en la actual coyuntura no parece ser sólo un problema para aquellos que se oponen al presidente Hugo Chávez y su proyecto político. Un asunto soslayado en la realidad venezolana tiene que ver con las restricciones a la libertad de expresión en el propio universo del chavismo.

Una arista del problema la puso sobre el tapete la carta del gobernador del estado Lara, Henri Falcón, cuando decidió separarse del PSUV. Según Falcón, un problema crucial para su gestión como gobernador, comprometido con el proyecto chavista, es que justamente se carecía de espacios para el debate y la confrontación de ideas en el seno del chavismo.

No es el partido oficial una instancia de debate político y muy por el contrario, parece ser una instancia repetidora de lo que dice el jefe de Estado. El propio presidente Chávez no propicia la libertad de expresión. Si nos guiamos por las transmisiones de radio y televisión en las que supuestamente está ocurriendo algún congreso o debate público, lo que tenemos en realidad es una larga perorata del presidente Chávez.

Tampoco su programa “Aló, Presidente”, que en su origen era un espacio para que el mandatario escuchase al pueblo, es una demostración de la libre expresión del chavismo; cada vez que algún participante de base se sale del guión preestablecido se ve la cara de nerviosísimo del presidente para cortar la participación y volver al libreto: el presidente habla, las bases del chavismo y los ministros escuchan.

Otro mecanismo que fácilmente permite palpar las restricciones a la libre expresión de quienes apoyan al presidente Chávez puede verse en la pantalla del canal VTV, que muy lejos está en ser el canal de todos los venezolanos.

De forma recurrente cuando los partidos minoritarios de la alianza oficial, como son Patria Para Todos (PPT) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), hacen críticas a la forma de gobernar, de forma casi automática resultan censurados en la pantalla oficial. VTV sólo le da espacio a los chavistas que están resteados de forma acrítica con el régimen. Cualquier atisbo de crítica es castigado con la desaparición mediática.

La reciente dimisión del general Müller Rojas a la dirección del PSUV reafirma la tendencia que se ha fortalecido en los últimos años: la incapacidad que tiene el presidente Chávez de escuchar, aún a sus más allegados colaboradores. En una ocasión el arzobispo de Coro, monseñor Lückert, calificó de autista al gobierno, por esa incapacidad de oír.

Poco puede esperarse de un presidente autista, que no oye ni siquiera a sus seguidores y colaboradores, y que además tiene una marcada obsesión por oírse a sí mismo hablar en radio y televisión, en unos largos monólogos. La libre expresión está restringida, también en el chavismo.

FUENTE: Chavismo sin libre expresión

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