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La presidenta defiende los derechos humanos ante la asociación Judía
En un discurso aplaudido de pie en Rio Grande do Sul, ante supervivientes del Holocausto, la
presidenta brasileña Dilma Rousseff sorprendió en la noche del jueves por su enérgica defensa de los derechos humanos por parte de su país en todo el mundo: "Mi Gobierno será un incansable defensor de la igualdad y de los derechos humanos en cualquier parte del mundo", dijo. "Nosotros no somos un pueblo que odia, ni un pueblo que respeta el odio, por ello Brasil tiene una posición histórica que nos enorgullece".

El discurso de la presidenta ante la influyente Confederación Israelita de Brasil (CONIB), fue interpretado como un cambio claro de la política exterior brasileña hacia Irán tras los fuertes lazos forjados por el ex presidente Lula, sobre todo durante su segundo mandato, con el presidente Mahmud Ahmadineyad. El régimen de Teherán ejecuta a homosexuales y condena a muerte a mujeres por adulterio -como es el caso de Sakineh Ashtianí- , y también niega el Holocausto.

Quizás por ello, durante la ceremonia, el presidente de la CONIB, el oftalmólogo Claudio Lottenberg, comentó el cambio de la política brasileña con relación a Irán. Aun distinguiendo que los ataques a Israel son del presidente y no del pueblo iraní en su conjunto, Lottenberg se mostró feliz "al saber que la presidenta Dilma Rousseff tiene hoy una posición diferente de la sostenida por el presidente Lula en el pasado". En la primera entrevista que concedió Rousseff tras asumir el cargo el pasado 1 de enero a un medio estadounidense, en este caso The Washington Post, la presidenta ya reveló un cambio de posición hacia Irán.

Para Rousseff, el pueblo de Brasil "está integrado por valores que respetan dos grandes principios: la paz y la conciliación". Y hablando en la ceremonia del día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, Rousseff recordó que el mundo "ignoró en la época de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) las señales del avance de la barbarie antes de la ascensión del nazismo" y que el Holocausto inauguró una época de "violencia industrializada" y de "tortura científica". Ante la presencia de los supervivientes del Holocausto Max Schanzer y Sara Perelmuter, de 87 años, Rousseff recordó que durante siglos el pueblo judío mantuvo su patria a través de sus intelectuales, sus libros, su cultura, religión y vida familiar hasta conquistar su patria física. "Un derecho", afirmó, "que no puede negarse a ningún pueblo".
JUAN ARIAS - Río de Janeiro - 29/01/2011
EL PAIS.com

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