Se volvió a hablar de la pretensión del Gobierno de acaparar el control de los medios y tener la hegemonía mediática.
Muchos de quienes hablaron del decretado "día mundial de la libertad de prensa" ni siquiera sabían por qué lo celebraban. Así sucedió cuando criticaron que la Universidad de La Plata hubiese otorgado el premio Rodolfo Walsh al presidente Chávez por su contribución al desarrollo de la comunicación popular. Nunca antes habían oído hablar de Walsh. Ahora ocurre que ese día fue una decisión burocrática de la Unesco, en cuya escogencia no participó ninguna organización internacional de periodistas.
En todo caso, se volvió a hablar de la pretensión del Gobierno de acaparar el control de los medios y tener la hegemonía mediática. Sobre esa cuestión he escrito y hablado otras veces, pero viene al pelo un trabajo de Mark Weisbrot y Tara Ruttenberg, del Center for Economic and Policy Research, de Washington, Televisión en Venezuela, ¿Quién domina los medios de comunicación?, que reprodujo aquí "Cal y Arena".
Comienzan citando a personalidades estadounidenses que opinan que los medios venezolanos "están prácticamente bajo el control de Chávez" (Roger Noriega), y apoyados en serias investigaciones de audiencia -debidamente explicitadas- durante cuatro años (2006-2010) de AGB Panamericana de Venezuela Medición, SA, filial de Nielsen Media Research International, les permite llegar a esta conclusión:
"Los datos sobre la cuota de audiencia de televisión en Venezuela contradicen la reclamación comúnmente creída y extensamente reportada de que el gobierno de Chávez domina los medios de televisión. En realidad, lo contrario es cierto: la cuota de audiencia de los canales estatales es mínima; actualmente de sólo 5%. Los canales privados dominan abrumadoramente la audiencia televisiva".
De acuerdo con la investigación, en diciembre de 2006 los canales privados sumaron 79,89% de la audiencia, los estatales 6,67% y la TV paga 13,44%; cuatro años después, en el mes de las elecciones parlamentarias, los privados habían bajado a 61,42%, los estatales a 5,44% y la TV paga subió a 33,14%. Como la medición está hecha cada mes, se observan cambios, pero en poco se diferencian; por ejemplo, en enero de 2010 los porcentajes eran 60,97%, 5,13% y 33,90% respectivamente.
Según fuentes de la TV privada, las mediciones de AGB son confiables, aunque parece que aceptaban presiones o sugerencias para modificar los resultados de algunas horarios. En todo caso, ahí están esos resultados, hasta ahora irrefutables. Ni siquiera lo hacen quienes sostienen en el exterior, y aquí en Venezuela, que el Gobierno controla la mayoría de la TV. Si fuese así, la oposición no habría sacado los votos que obtuvo en diciembre de 2007 ni en septiembre de 2010.
Llena de interrogantes y de motivos razonables para la duda, está la muerte supuesta o real de Osama Bin Laden. Creo que está bien muerto, pero inexplicablemente Washington lo ha manejado tan mal mediáticamente que sobran razones para que sea comidilla en el mundo. De alguna manera lo resume Isaac Rosa en este encabezamiento de un artículo suyo: "Bin Laden no está muerto, porque nunca ha existido, era un invento. Bueno, sí existió, pero era un robot. Vale, era humano, pero agente de la CIA. De acuerdo, está muerto, pero murió hace mucho, y ahora hacen el paripé de cazarlo. Su cuerpo no está en el fondo del mar, sino en la morgue del Pentágono, junto a los alienígenas de Roswell. En realidad está congelado, como Walt Disney. Qué va, sigue vivo, lo he visto: mi coche pinchó y él conducía una moto, se paró a ayudarme y le vi la barba bajo el casco".
Majunche Colq. L. adj. U. t. c. s. Aplicado a persona, que carece de atractivos o cualidades; insignificante, mediocre. 2. adj. Se dice de la cosa que no es o está como conviene o como se desea; de mala calidad, ordinario. 3. m. desus. Tabaco de pacotilla. (Diccionario de Venezolanismos, UCV, Academia de la Lengua, Fundación Edmundo y Hilde Schoegass). Como ustedes pueden ver, y se pueden imaginar, el equipo comunicacional del candidato de la oposición, cualquiera que este sea, ya tiene un primer trabajo, y es cómo quitarle de encima ese cognomento que le aplicó Chávez.
La mayoría del pueblo ecuatoriano debió aprobar ayer las nueve propuestas del referendo que presentó el presidente Correa para reformar la Constitución. En reciente encuesta de su gestión, 71% la aprobaba. (La décima pregunta, si están de acuerdo con la fiesta taurina, supongo que en Quito dirán que sí).
Y a propósito, a la chita callando un grupo solicitó del Concejo Metropolitano la apertura del Nuevo Circo a la fiesta de toros, pero enseguida se presentaron los antitaurinos para hacer escuchar sus razones. Una comisión estudia el caso. Una materia tan importante como esa no puede quedar en manos de un grupo de concejales.
La corrupción pequeña está en Hato Viejo, límites Carabobo-Yaracuy, opera otra vez un grupo de policías de Carabobo en un Corsa verde, con alcabala propia para detener automóviles en dirección a Yaracuy y matraquearlos. Al pasar la raya, está un puesto de la GN. "No podemos hacer nada, eso es de la Policía de Carabobo", es la invariable respuesta.
En dos ocasiones recientes, el presidente Chávez se ha referido a quienes están agrupados en movimientos desestabilizadores, y el viernes, insistió Soto Rojas con advertencias similares. Lo peor es que en la medida en que más opositores descarten la posibilidad de derrotar electoralmente a Chávez, crecerá la opción de buscar esos atajos.
Por DIAZ RANGEL
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