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Roma, 9 jul (PL) Los medios de comunicación italianos realizaron hoy un paro masivo en repudio a la propuesta de ley mordaza, presentada por el gobierno de Silvio Berlusconi y que viola los derechos ciudadanos de información.

Profesionales de la radio y la televisión se unieron a la "jornada de silencio" convocada por la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI), en una protesta que dejó sin sus principales rotativos a los puestos de venta del país.

La norma que propone Berlusconi, aprobada por el Senado italiano el pasado 10 de junio, limita el uso de las escuchas telefónicas, utilizadas en las investigaciones policiales contra la mafia, además de prever condenas de hasta 30 días de prisión a editores que publiquen este tipo de información.

Berlusconi, cuyos índices de popularidad descendieron un 41 por ciento en las últimas seis semanas, dijo que dimitirá si el Parlamento rechaza las medidas. La propuesta será sometida a votación por la Cámara de Representantes a finales de este mes.

Los periodistas italianos aseguran que este proyecto de ley atenta contra el derecho de los ciudadanos, al tiempo que establece multas de entre 300 y 400 mil euros a los directivos de los medios de prensa que difundan información comprometida.

Algunos de los periódicos líderes de Italia como "Corriere della Sera","La Stampa" y "La Repubblica" anunciaron ayer la cancelación de sus ediciones impresas y digitales como parte de la huelga.

"Este parón es un gesto de responsabilidad de los periodistas para denunciar otro intento del gobierno de restringir la libertad de expresión en Italia", declaró en un manifiesto el diario La Repubblica.

El proyecto de ley no sólo provocó el rechazo de la FNSI, sino también de un ala del partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), lo que creó nuevas diferencias internas.

A la ley mordaza se suma la llamada "enmienda Dâ�ÖAddario", que prohíbe grabar y difundir conversaciones de contenido sexual, como las difundidas el pasado año por la prostituta de lujo de igual apellido, que involucró al primer ministro en un escándalo mediático.

Este boicot a la información desarrollado por los medios italianos llega precedido por huelgas parciales, manifestaciones y protestas como las del pasado 1 de julio en una veintena de ciudades de Italia.

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