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Desde la madrugada del 27 de mayo comenzó una escalada de ataques a imágenes religiosas que ha desconcertado a la opinión pública, la primera imagen en sufrir actos vandálicos fue la imagen de la Divina Pastora, ubicada en la redoma Santa Rosa en el estado Lara, que sufrió mutilaciones a las ovejas que la acompañan y la imagen sufrió un disparo en el rostro, aspecto que provocó el rechazo de todo el país quienes a través de las oraciones y las concentraciones hicieron un llamado a las autoridades para detener los ataques. Sin embargo, los mismos continuaron su desarrollo, horas más tardes una estatua de José Gregorio Hernandez fue decapitada esta vez en el estado Yaracuy.



Esta semana la imagen Virgen de Coromoto fue mutilada en el estado Portuguesa, fue descubierto recientemente, pero según el sacerdote de la iglesia, la agresión habría ocurrido hace un mes por lo que descartó que los daños ocasionados en Lara y Yaracuy tengan relación alguna. Este viernes una imagen pintada de la Virgen de la Divina Pastora fue manchada con pintura roja como parte de la escalada vandálica hacia la fe.
La Conferencia Episcopal Venezolana calificó de inadmisible los la situación Monseñor Ubaldo Santana aspira a que la Fiscalía cumplan con su obligación de intervenir en los casos hasta ahora registrados, pues de no hacerlo contribuirían con el proceso de “descalcificación” que a su juicio experimenta actualmente el Estado venezolano. Le preocupa que tales agresiones se extiendan a Maracaibo y atenten contra la Chinita.

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